Isabel I de Castilla, más conocida como Isabel la Católica, tuvo una educación refinada en la corte de su padre Juan II y junto a su hermanastro Enrique IV. De estas enseñanzas desarrolló una sensibilidad especial por el arte, y más concretamente por el correspondiente a la pintura flamenca. Llegó a contar con 225 pinturas, número que solo superaban en Europa los Médici.

´Isabel la Católica` Anónimo
En la Capilla Real de Granada no solo residen los restos mortales de los Reyes Católicos, sino una de las partes más importantes de la colección pictórica de éstos. Isabel dejó bien atado su testamento, y en él, su deseo expreso de que estas obras se albergasen en Granada, y su nieto Carlos V cumplió su última voluntad.
Las pinturas que se exponen en la Capilla Real de Granada presentan características singulares; un tamaño portable, puesto que Isabel llevaba siempre consigo sus cuadros, y por otro, que en su mayoría son obras flamencas, el arte más prestigioso de aquel momento. Obras de pintores de la talla de Rogier Van der Weyden, Hans Memling, o Botticelli, el italiano que se cuela en la fila de los artistas flamencos exhibidos.

´Natividad´Rogier Van der Weyden
En los Países Bajos se dedicaban al comercio del tejido, por lo que en estos cuadros religiosos el verdadero protagonista es el tejido. La luz y el color se aplica a estos y se centran así las escenas y los pinceles tienen un trazo tan minucioso y detallista, que nos parece percibir cada una de las diferentes texturas en las telas representadas.
Otro gran motivo para visitar y conocer mejor Granada; porque Granada es mucho más que la Alhambra.
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