Granada ha dado a luz al mundo a mujeres muy destacadas que han cambiado y siguen , con su inspiración, cambiando la historia de la ciudad. Por señalar a algunas, pues la lista es enorme, dentro del ámbito literario tenemos a Hafsa al Rakuniyya, poetisa granadina del siglo XII que destacó por su estilo atrevido, rompedor y sincero. O a Matilde Robles, la madre de los hermanos Quero, que hasta sus últimos días iba al templo del Salvador, en el Albaicín, para reclamar justicia por lo que le habían hecho a sus hijos. Mujeres que han alzado la voz, porque solo así podían ser oídas.
También en el mundo del arte, desafortunadamente, existe una enorme desigualdad . Las artistas de Guerrilla Girls, denunciaban ya en los años 80, la poca presencia de las mujeres en museos y galerías, bajo un lema muy claro: ¿tienen las mujeres que estar desnudas para entrar en el museo? Y arrojaban a la luz estadísticas escalofriantes: solamente en el 5% de las colecciones de arte contemporáneo hay mujeres artistas que exponen. Eso sí, un 85% de los cuerpos desnudos que se muestran son de mujeres.
Bien, pues a día de hoy, 30 años después, en la Feria internacional de Arte Contemporáneo Arco de Madrid, por dar ejemplos nacionales, habían expuesto un 4% de mujeres en el año 2016 y un 5% en 2017, unas cifras muy bajas para la gran feria del arte contemporáneo que quiere ser. En Barcelona, sólo hay un equipamiento museístico que dirija una mujer, Judit Carrera al frente del CCCB desde julio de 2018 .Y lo mismo pasa a nivel internacional, la mujer en el mundo del arte está muy infravalorada.
Carmen de Burgos, almeriense , escritora, traductora y primera periodista profesional en España, que fue silenciada por Franco, ya nos decía en su libro ´La mujer moderna y sus derechos` allá por 1927´, “no es lucha de sexos, ni enemistad con el hombre, sino que la mujer desea colaborar con él y trabajar a su lado”.
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